
Aventureros al tren! es un juego que tenía muchas ganas de probar, ya que había leído mucho sobre él por ahí y me parecía bastante interesante.
La pega que siempre he leído en casi todos los sitios es que las fichas son bastante inestables en el tablero y sin querer puedes deshacer la partida completa sin posibilidad de recuperarla si se mueve el tablero (por accidente, nunca intencionadamente, por supuesto!). Pues pudimos constatar que la afirmación es totalmente cierta… una vez que se van colocando piezas sobre el tablero, y recalco sobre el tablero porque no tienen ningún punto de fijación al mismo, como el tablero se mueva… adiós a la partida porque ya no sabes dónde está cada cosa.
Por otra parte, nosotros jugamos a una edición que tenía el mapa de Norte América. He podido comprobar por internet que hay más versiones de mapas, por ejemplo el de Europa, América del Sur, la India o Suiza. Además de ser mapas distintos, por lo que he podido leer, añaden alguna variante al juego para poder ser llamadas “expansiones”, por ejemplo, incluyendo alguna fuente de puntuación adicional.
El juego en sí es muy simple… se trata básicamente realizar conexiones entre ciudades con vagones que tengan el color que se marca en el mapa o las conexiones comodines, que pueden realizarse con líneas de vagones de cualquier color. Se van sumando los puntos que se van obteniendo y el último turno de la partida llega cuando uno de los jugadores consigue colocar todas sus fichas de tren.
Simplemente con estas normas, la partida es divertida y, aunque depende mucho del azar, ya que la posibilidad de completar trayectos se obtiene a través del robo de cartas de un mazo, sí que es cierto que aplicando un poco de estrategia se pueden conseguir mejores resultados.

Posteriormente leí por ahí que en el juego también hay posibilidades de jugar con viajeros y tickes de viaje que suman o restan puntos al final de la partida. Como nos explicaron el juego sin esta posibilidad, no os puedo comentar qué tal resultaría, aunque creo que algo más interesante seguro que lo haría, porque la verdad es que sin eso no deja de ser un juego de colocación de piezas marcadas por el azar de las cartas que te tocan.
Finalmente el ganador del juego fue el padre de mis peques, pero por poca diferencia con el resto de jugadores.
A ninguno de mis dos enanos les resulto excesivamente divertido, y la verdad es que a mí tampoco me gustó demasiado en la variante que jugamos. Nos quedamos sin ganas de repetir.
Pero como no lo hemos jugado con todas sus posibilidades… tendremos que darle otra oportunidad introduciendo a los pasajeros, que desde mi punto de vista pueden aportar un punto de vista más real al juego y hacerlo más divertido para todos.
Ya os iré contando….