
Precisión, mucha precisión y no mover la mesa!! Son los dos ingredientes principales de este divertido juego de habilidad llamado Rhino Hero. El nombre la verdad es que está muy bien puesto, dado que es un rinoceronte el que tiene que ir escalando en la torre que vayamos construyendo y va vestido de superhéroe… lo dicho, muy bien puesto.
El juego tiene también algo de la mecánica del Uno, ya que según las cartas que te tocan puedes beneficiarte a ti o fastidiar al siguiente jugador durante la partida. Es por eso bastante importante que si jugáis adultos y peques intentéis poneros los mayores seguidos y los peques seguidos, ya que no es plan de ir fastidiando a los peques en cada jugada….
Es muy, pero que muy, pero que muy importante no mover la mesa durante la partida, ya que se trata de realizar una especie de castillo de naipes y los más peques, con la emoción, se mueven, patalean e incluso golpean la mesa sin ninguna maldad, pero el resultado es que la torre se tira sin querer y el resto de los jugadores entran en un estado de furia incomparable cuando “todo su trabajo” se va al garete. También es importante no estornudar ni toser sobre la torre por el mismo motivo que acabamos de exponer… aunque esto no es muy controlable hay que recomendar encarecidamente mirar hacia otro sitio que no sea la torre del rinoceronte.
La verdad es que se pasa un buen rato, sin necesidad de darle mucho al coco, por no decir nada en absoluto, y a mis peques les encantó el juego, sobre todo al pequeño.

Otra cosa que se me ha olvidado señalar… cuando la partida de Rhino Hero se desarrolla sobre una mesa (que es la cosa más normal del mundo), en cuanto se han puesto dos o tres pisos los más peques no llegan al final de la torre para seguir jugando, por lo que también es recomendable darles un asiento estable desde el inicio de la partida, ya que en cuanto llega su turno, sin plantearse si la silla se cerrará o se irá rodando (porque sea de ruedas) y sin tener ninguna conciencia de peligro con la euforia del juego, se plantan de pié en su asiento para situar sus cartas en lo más alto de la torre… más de un diente creo yo que habrá dado al Ratoncito Pérez este juego…
Finalizando, un juego divertido y rápido para toda la familia cuando tengáis ganas de algo suave y sin complicaciones. Los peques siempre quieren repetir!!
Vosotros habéis jugado a este juego? Cuántos pisos habéis conseguido construir?