
Pues viendo a qué podíamos jugar el otro día en una ludoteca mi hija se encaprichó en jugar a un juego “la mar de mono”, todo lleno de florecillas. Acabábamos de instalar en el móvil un juego de jardines y parece ser que la caja se lo recordó, y además de los ademases, como mi hijo comenzó a protestar nada más que ella nombró el juego y le tocaba escoger a ella a qué íbamos a jugar… eligió precisamente ese: Gardens. Digamos que no lo hizo con maldad… digamos que lo hizo simplemente por… por… pues ahora mismo no se me ocurre ninguna excusa para justificar la ausencia de “maldad hermanil” en mi hija… todos los que hemos tenido hermanos creo que sabemos de qué estamos hablando… se llama dar por saco a tu hermano, simplemente.
Estuve un rato discutiendo con el hermano peque acerca de los beneficios que se pueden obtener si uno no valora lo entretenido que puede llegar a ser un juego por el aspecto exterior de la caja (“pues seguro que este de florecitas monas es un aburrimiento, yo quiero jugar a uno de guerra!”), que por lo que había leído del juego era muy parecido al Carcassone (“pues al Carcassone ya estamos hartos de jugar, vamos a coger uno de guerra!”), que hay que probar cosas diferentes (“pues eso, uno de guerra!”), y que le tocaba a la hermana elegir juego y punto en boca. Tras zanjar la discusión cual mamá ogro, nos pusimos manos a la obra.

La mecánica del juego es muy parecida a la del Carcassonne, puesto que se basa en colocación de losetas que sean compatibles para crear un tablero de juego en el que puntúan los arriates circulares de flores que se creen con mayoría de tu color de jugador, da igual el jugador que los cree. Quien antes crea 8 arriates de flores gana. Por cierto, los arriates esos de flores tienen un nombre que yo jamás había oído: parterre (yo ese día pude acostarme sabiendo algo nuevo….)
En la primera partida que jugamos nos dimos cuenta de que, a lo largo de la partida, se nos había pasado puntuar algunos, por no decir muchos, de los arriates que habíamos creado con nuestros colores, por lo que decidimos jugar una segunda partida y ya fue todo mucho más fluido. Al final el “guerrero” de la casa quedó encantado con el juego.

A mí personalmente Gardens me gustó incluso más que el Carcassonne. Si bien es cierto que en casa tenemos el Carcassonne sin ninguna expansión (aunque hemos jugado alguna vez con la de Ríos, que creo que es la más básica) y he de suponer que con las expansiones el juego ganará mecánicas interesantes de juego, el de Gardens me pareció más curioso y entretenido, sin mencionar la parte visual, que es mucho más recargada.

La única pega que le encontré, por decir algo negativo, es que los Meeples de los jardineros son algo inestables y pasaban más tiempo tumbados en los senderos que de pie en los caminos del tablero… pero bueno, ya estamos acostumbrados a meeples no estables en juegos como el Dixit. Mi consejo para los señores diseñadores de meeples… hacedlos con las piernas abiertas y un rastrillo en la mano, así serán igual de “cuquis” y tendrán mayor estabilidad.
¿Qué me contáis vosotros? ¿Habéis jugado a este juego? ¿Lo compararíais con el Carcassonne? ¿Mejor, peor, igual o simplemente diferente? Dejad vuestra opinión!!
1 comentario en «Gardens. 7 y 10 años. 3 jugadores.»