
Qué hacer en una mañana de domingo en plena ola de calor? Pues, por ejemplo, rebuscar en los armarios y retomar cosas olvidadas, juegos que quedaron atrás y que no hemos usado en años, como Aviador loco.
En el Aviador loco cada jugador hace el papel de encargado de gallinero que debe proteger a sus tres gallinas de las embestidas de un avión cuyo piloto ha perdido la razón y da vueltas sin razón demasiado cerca de nuestros gallineros. Las pobres gallinas que toque el aviador loco quedarán totalmente desplumadas, y para defenderlas solo contamos con un palo para alejar al temido aviador de nuestros queridos animales.

La puesta en escena del Aviador loco es sencilla. Solo tendremos que sacar todas las piezas de la caja y encajarlas entre sí, lo cual se hace sin ningún problema en un corto espacio de tiempo. Son solo siete piezas si lo desmontamos totalmente. Es mucho más costoso el hecho de guardarlo. Por qué? Pues porque la caja es justo del tamaño de las piezas que hay que guardar, y es mejor que te fijes en cómo estaban antes de sascarlas, porque sino, te espera una auténtica partida de tetris para poder dejarlo todo recogido. Al menos tendrás un dos por uno: tetris y El aviador loco (perdón por el mal chiste).

La mecánica del juego, sin complicaciones. Es básicamente un juego de habilidad y concentración en el que tienes que pulsar la palanca cada vez que llega el aviador para evitar que se lleve a tus gallinas. Con el tiempo, podréis observar que en función del momento en el que pulséis la palanca, el aviador se saltará la palanca del siguiente jugador, e incluso caerá directamente sobre una gallina del contrincante… causando rabia y enojo al mismo; vamos, que se pone de una mala leche!!!! El jugador que se quede sin gallinas, será perdedor en la partida, aunque se le puede permitir seguir dándole piñazos al dichoso aviador…

El aspecto visual me encanta. La estructura que se ha de montar queda muy muy chula durante la partida. Las gallinas, las pobres, no han salido en su mejor pose al ser retratadas, aunque es cierto que so muy divertidas. El aviador tiene cara de malo malísimo de dibujos animados; todo un personaje! Ahora bien, no perdáis esa cara de vista, puesto que a muchos de nosotros se nos transformará la cara en una mueca parecida cuando intentemos dar efecto al aviador para que se lleve las gallinas del rival.

Las partidas son muy cortas, aunque su duración depende de la habilidad de los jugadores. Aún así, llega un momento en el que comenzamos a intentar hacer piruetas con el aviador y se nos va la pirueta de las manos y acabamos perdiendo gallinas casi sin darnos cuenta. Una vez que has perdido solo puedes pensar en una cosa: “mi venganza caerá sobre vosotros en la siguiente partida!” Y normalmente se suelen encadenar unas cuantas partidas, porque el juego es tremendamente adictivo.
En mi casa, todos ganamos y/o perdemos con la misma frecuencia, ya que todos comenzamos a intentar hacer piruetas desde el principio de la partida y al final incluso te acabas perjudicando a ti mismo cuando el aviador aterriza tras tu movimiento justo sobre tu gallinita. Mi peque de 7 años es especialista en este tipo de piruetas.
He asistido a reuniones de adultos en los que el Aviador loco se ha utilizado como juego para beber chupitos: una gallina perdida = chupito que te bebes. Tras varias partidas, resuenan las carcajadas por toda la habitación y las gallinas desaparecen cada vez con mayor frecuencia… pero eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.
Resumiendo: juego rápido, sencillo y totalmente recomendable para una risas en cualquier ratito que se tenga, tanto para niños como para adultos con un buen sentido del humor.
¿Habéis probado el juego? ¿Con peques, con adultos o con ambos? ¿Qué os ha parecido? Dejad vuestros comentarios!
Fotos del Aviador loco
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Lo tenemos y hemos echado partidas con los peques y también con los abuelos. La verdad es que mola un montón. Super recomendable para pasar un buen rato y risas aseguradas. El unico pero es que en ocasiones al golpear la palanca del avión caen las fichas como si hubieran sido derribadas por el avión de un oponente.
Para nosotros eso forma parte de la diversión: no se puede ser tan bruto cuando le das a la palanca porque entonces te penalizas a ti mismo…
Es un total acierto, incluso entre los más mayores en alguna que otra ocasión que estamos todos con ganas de algo nada sesudo.