
Mombasa era uno de los títulos que tenía muchas ganas de probar. Todas las reseñas que había leído sobre él hacían que cada vez me resultase más interesante, tanto por el tipo (eurogame total, con colocación de trabajadores y programación de acciones), como por los componentes que traía (a mí me suelen gustar mucho los juegos con muchas piezas…).
En Mombasa somos unos inversores, visionarios, colonizadores, empresarios… llamémoslo como queramos, que tenemos la oportunidad de invertir en las cuatro compañías que copan el mercado en el continente africano mediante la compra de participaciones en dichas compañías. Para ello, cada jugador debe planificar qué jugadas quiere hacer en el turno siguiente con las cartas que tiene disponibles. Una vez que da comienzo el turno, y mediante la colocación de los marcadores de acción, el jugador intentará llevar a cabo sus acciones programadas antes que otro jugador se le adelante.
El juego finaliza tras la séptima ronda, y se proclamará como ganador el jugador que consiga tener más puntos. Ahora bien, estos puntos se pueden conseguir de tres formas muy diferentes, y todas igual de interesantes y fructíferas al final de la partida: la explotación de diamantes, la inversión en las compañías y el desarrollo de los libros de empresa. No voy a entrar en detalles sobre las reglas del juego, porque se me hace bastante difícil explicarlas, y el reglamento que viene en la caja es bastante sencillo de entender (muy largo, eso sí, muy detallado, lo que se agradece, pero sencillo de entender). Creo que en la primera partida que jugamos, nos llevamos solamente como una hora o más en leer todo el reglamento y entenderlo. Mi peque de 7 años desistió totalmente de jugar esa partida, porque estaba ya hasta los mismos de tantas normas y reglas.

La puesta en escena del Mombasa tampoco es que sea corta. Hay que colocar cada cosa en su sitio, y hay un montón de cosas que colocar. También es necesario un espacio (en mi caso mesa del salón) grande para poder jugarlo, ya que entre el tablero personal, las compañías y el tablero común, el despliegue ocupa mucho espacio. Lo bueno es que lo que hay que colocar es bastante llamativo, por lo que se hace más agradable el proceso de colocación al principio de la partida. Muy importante: guardarlo todo bien organizado para que la colocación en la siguiente partida se agilice el máximo posible. Realmente esta recomendación es aplicable a casi todos los juegos con muchas piezas, la verdad…

La mecánica del juego es la de colocación de piezas en Esta forma de jugar, que no es nada nueva, se ve modificada por las cartas de acción. Gracias a estas cartas, tendremos que sopesar incluso antes de empezar el turno, qué acciones vamos a realizar posteriormente para poder determinar qué cartas vamos a poner en juego. Además, las cartas que se juegan en un turno estarán bloqueadas en los turnos siguientes, por lo que esta organización se vuelve extremadamente importante en este juego. Personalmente, me gusta mucho la mecánica de juego, aunque también es cierto que hay que comerse bastante la cabeza para poder jugar una partida en condiciones. determinadas acciones para poder obtener los resultados esperados. La competencia entre los jugadores no es demasiado elevada, ya que como se pueden realizar muchas acciones, si no es una cosa muy muy concreta, normalmente puedes organizarte de otra manera en un momento determinado.

El aspecto visual es atractivo, sobre todo en lo que a componentes se refiere. El tablero común tampoco está mal, aunque el continente africano es demasiado triste de colores; ahí creo que podrían haber sacado más partido a los colores. Los tableros individuales son geniales: mucha información en muy poco espacio, pero visualmente muy agradable.
No es un juego fácil. Tienes que llevar muchas cosas a la vez que te pueden dar puntos al final de la partida. Creo que por eso a mí me encanta, pero también es cierto que a los peques se les complica un poco el tema a la hora de jugarlo. Cuando conseguí convencer al peque más peque para jugar una partida, la verdad es que se centró sobre todo en el tema de la recogida de diamantes y libritos y se olvidó un poco de todo lo demás. Mi otra peque más mayor no consiguió hacer demasiados puntos y ésto hace que baje mucho el interés de volver a jugar otra partida. Al maridín no le llaman mucho la atención este tipo de juegos, porque se aturrulla con tanto reglamento y detalle al principio de la partida, así es que tendremos que esperar un poco de tiempo antes de volverlo a sacar a la mesa!
¿Qué tal os ha ido este juego a vosotros? ¿Lo habéis probado? ¿Tenéis ganas de probarlo? Dejad vuestros comentarios!
1 comentario en «Mombasa. 4 jugadores. 7 y 10 años.»