
Por fin he conseguido rascar un poco de tiempo para volver a escribir en el blog. El ritmo de colegios, institutos y trabajo, nos come casi todo el tiempo, y lo poco que nos queda lo reservamos para jugar alguna partida… El caso es que hace un par de semanas nos llegó a casa un mensajero inesperado que nos dejó un paquete pequeño cuyo remitente era Looping Games!! Al abrirlo, nos encontramos con una caja cuadrada, del tamaño aproximado de un cubo de Rubik con el nombre del juego: Password Express.
Emoción, prisas, todo esto recién llegados a casa al medio día…
- Madre ogro: “Tenemos que comer primero!!”
- Peques: “No, mamá, no!! Vamos a abrirlo ya!!”
- Madre ogro: “Os he dicho que no! Primero comemos, y cuanto antes acabemos, antes lo abrimos.”
Mano de santo!! Mi peque más peque, que es de lo más lento comiendo, ese día no comió, engulló directamente la comida! Visto el interés puesto, seguí jugando al chantaje:
- Madre ogro: “¿Traéis deberes?”
- Peques: “Mamaaaaaaaaaaaaaaaaá!!!!”
- Madre ogro: “Lo primero es lo primero!” (fase mítica donde las haya).

Dicho y hecho: deberes acabados en menos que canta un gallo, que no me dio tiempo casi ni de recoger la cocina después de la comida!
Y ahora sí. Aunque era demasiado temprano y parte de mí pedía una siesta a gritos… después de todo lo que les había hecho pasar… “Vamos a abrir el juego!”. Como reflexión personal, no entiendo como la gente es capaz de grabarse abriendo un juego… en mi casa todo es ansia viva y no habría forma de hacer un video tranquilo de tipo “unboxing”… Ahí lo dejo.
Dentro de la caja nos encontramos con cartas, discos de dos colores, un reloj de arena y cuatro pequeños manuales en cuatro idiomas: bien!! Me encantan los juegos no dependientes del idioma.
Una vez que me leí las instrucciones un par de veces (yo soy bastante torpe con el tema de las instrucciones), les pasé el manual a mis peques para que montasen la partida.
El Password Express es un juego en el que hay que recordar palabras dentro de un contexto determinado con unas letras preestablecidas. Solo es para dos jugadores, pero se puede jugar por equipos, y para compensar un poco, el peque de 9 años hizo equipo conmigo y la de 11 se puso sola (ponerlos a los dos juntos es como mezclar aceite con agua: imposible).

La puesta en escena es sencilla, y mis peques la hicieron solos a partir de las instrucciones. Hay que montar un tablero fijo de 4 x 4 casillas, poner las cartas de puntuación con los valores a 0 en algún lugar cercano al tablero y cuatro montones de cinco cartas cada uno a la derecha de cada una de las filas del tablero de 4 x 4. Ya solo queda repartir las fichas de los dos colores según las preferencias de cada uno de los equipos (en mi caso hay que sortear el color azul, porque los dos peques lo quieren… no voy a hacer comentarios al respecto) y se pone en la mesa el reloj de arena. Listos para jugar!!
La mecánica del juego es sencilla de entender. Para cada una de las 4 filas que conforman el tablero fijo hay una letra y un tema. En turnos de 15 segundos, los equipos han de decir palabras relacionadas con el tema de la fila correspondiente y que tengan la letra seleccionada en primera, segunda, tercera y cuarta posición o más. Cada 15 segundos cambia el turno del equipo, y la ronda acaba bien cuando se han dicho 16 palabras, bien cuando pasan dos turnos para cada equipo en los que a nadie se le ha ocurrido ninguna palabra. Si alguien considera que una palabra no es apropiada, ha de mover el marcador del equipo correspondiente a la interrogación y posteriormente se llegará a un acuerdo de si es válida o no la palabra: si es válida puntuará al equipo correspondiente y se le quitará un punto al equipo contrario, si no es válida, se le quitará un punto al equipo propietario de la palabra. Al cambio de ronda, se sacará una nueva letra y un nuevo tema por fila y todo empezará de nuevo. La partida dura un total de 4 rondas.

Para hablar del aspecto visual del Password Express, deberemos hablar de la situación temática del juego: ambos grupos de jugadores han encontrado un ordenador en un desván. El ordenador tiene un monitor de los de culo ancho o cabezones como les decíamos nosotros. Dejo evidencia gráfica para aquellos que no hayan sufrido los monitores de culo ancho… Siguiendo con la historia, como son muy curiosos, desean acceder al contenido del antiguo ordenador misterioso, pero cuando lo encienden se dan cuenta de que está totalmente protegido por una serie de contraseñas que hay que desentrañar a través de un conjunto de pistas y anotaciones que hay esparcidas alrededor del ordenador. Partiendo de esa base, el aspecto visual está muy conseguido. Recuerda las pantallas antiguas de ordenador con fondo negro y letras verdes fluorescentes… Y las tarjetas de los dibujos de color amarillento, envejecidas por el tiempo… muy acertadas también.

Como éramos tres, hicimos dos equipos: mi peque de 9 conmigo y mi otra peque de 11 sola. Al final, el peque de 9 acabó controlando el reloj de tiempo porque es cierto que pensar tan rápido en palabras que contengan una letra de un tema en concreto y en una posición… pues como que no. Es más, llegó un momento en el que con la presión del control del tiempo, las neuronas entraron en un momento de crisis y urgencia tal que no daba pie con bola.
Tema aparte es la ambigüedad de los temas. Ejemplo número 1: Palabras que tengan la D y estén relacionadas con el color verde:
- Peque menor: “xxxx!!” (donde pone xxxx léase una marca de ropa deportiva)
- Mamá ogro: “POR QUÉ???”
- Peque menor: “Porque hay camisetas de xxxx de color verde. Obvio! “
- Mamá ogro (con resignación): “Aceptamos pulpo como animal de compañía…”
Ejemplo número 2: palabras que contengan la F y estén relacionadas con bebés:
- Peque mayor: “Xilófono!”
- Mamá ogro (pensando que no sé para qué preguntar si seguro que tiene una lógica aplastante…): “Por queeeeeé?”
- Peque mayor: “Porque los bebés juegan con xilófonos de juguete, obvio!”
- Mamá ogro (con muuucha resignación): “Pulpo!” (otra vez más y seguro que no la última…)
A partir de ese momento establecimos unas normas mínimas de cercanía de los términos con la temática que sale… que sino… todo prácticamente vale… y no es plan…
Una partida no dura más de 20 minutos, así es que echamos así, de seguido, como unas 3 o 4 partidas.
En conclusión, es un juego rápido y adictivo, que cuando sale a la mesa se presta a echar varias partidas seguidas, porque además te da una rabia terrible quedarte en blanco y quieres como que demostrarte a ti mismo que puedes, que solo ha sido un lapsus mental… Otro punto bueno que tiene es que da la posibilidad de jugar con grupos grandes de gente que no entrarían en otro tipo de juegos, y que el número de participantes no alarga la duración de la partida, es más, incluso puede disminuirla al haber más neuronas echando humo.
Vídeo componentes
Con este juego vamos a estrenar un nuevo proyecto en este blog: nuestro canal de YouTube!! Yuju!! Aquí os lo dejamos para que podáis verlo. Si os gusta, pasaros por el canal y dadle a “Me gusta” o seguidnos o las dos cosas!!
¿Qué os parece el juego? ¿Os llama la atención? ¿Lo habéis probado? Compartidlo con nosotros con vuestros comentarios!