
Qué puedo decir de El Soneto, un juego que viene en una caja como la que estáis viendo en la imagen? Pues que enamora a primera vista. Desde que era un prototipo había estado siguiendo a este juego de mesa por diversas jornadas y páginas de información en la red… y mis hijos cuando lo vieron sintieron el mismo impulso que yo: “¡vamos a jugar!”, “¡qué bonito!”. Será que los peques han sacado mi buen gusto!
En cuanto abrimos la caja y empecé a ver las cartas, las ilustraciones, el tablero de juego (todo acorde con la caja), empecé a darme cuenta de que tal vez, más bien algo más que tal vez, no era un juego apto para el aforo que tenía: mis dos peques y yo.
Pero pasemos a describir un poco el conjunto del juego, al menos hasta lo que pude conocer del mismo:

La puesta en escena rapidita. Colocar cada carta en su montón del tablero y repartir sus cartas de letras a cada jugador. Lo más complicado es encontrar lápices y/o bolígrafos que escriban… y encima tienes que encontrar uno para cada jugador… ¡misión casi imposible! Menos mal que cuando hay peques en la casa, tiras del estuche del cole y ahí encuentras lápices, rotuladores y ceras a punta pala. Eso sí, puede que tus palabras estén escritas en un bonito tono malva o un naranja butanito…
La mecánica del juego consiste en construir palabras que contengan letras de las cartas que tienes en tu mano (no tienes que tener todas las letras de la palabra, pero mientras más tengas, mejor se puntúa). El juego se divide en tres rondas de tres turnos cada una de ellas. En cada una de estos turnos tendremos que escribir una palabra, que puntuará no sólo por las letras que tengas en tu mano, sino por el tipo de palabra (sustantivo, verbo, adjetivo, etc.), si rima o no rima con otras palabras ya escritas, si empieza o no por una letra determinada, así como la creación de figuras literarias (por ejemplo, que sea un sinónimo o un antónimo de otra palabra ya escrita en al partida). Al final de la partida, se suman los puntos conseguidos por palabra y el jugador con más puntos gana.

El aspecto visual es lo primero que os he comentado: El Soneto es precioso. La caja es lo más simple del mundo, y eso reside su belleza. Una vez que lo abres en la mesa, el resto tampoco defrauda. El estilismo de todos los componentes evocan perfectamente esa España del siglo XVI en la que está ambientada el juego.
¿Qué puede ir mal si tan maravilloso y estupendo nos parece El Soneto? ¿Es aburrido? ¿Es largo? ¿Qué le pasa? La verdad es que no puedo hablar de primera mano ni bien ni mal de si el juego es o no interesante, de si se me hizo largo o se me pasó volando, si me gustó mucho, poco o nada… porque la mecánica del juego es lo que frustró totalmente la partida. Ahí estaba yo con mis peques sentados los tres en la mesa, yo lee que te lee las instrucciones y explicándoselas con todo tipo de aspavientos y teatro posible para que les llamara la atención un juego de creación de palabras, y llegamos a la parte de cómo puntuar… ¿Todos conocemos palabras y las podemos crear? Siiiiiiiií!. ¿Todos podemos pensar palabras que empiecen por una letra determinada? Siiiiiiiií!. ¿Sabemos distinguir un verbo de un adjetivo de un sustantivo…? Bueeeeeeeeno, podemos decir que sí. ¿Sabemos hacer rimas? Se intenta, y a veces se consigue. Faaaaaale. ¿Figuras literarias? ¿?¿?¿?¿? Va a ser que no… Esto ya es demasiado… Mi peque de 8 años conoce alguna, pero la verdad es que en estas cosas la diferencia de edad entre ambos es un abismo… Fin de la partida antes de empezarla.

De ahí empezaron las quejas los dos: “porque ni siquiera lo intentamos, es que a lo mejor podemos hacer un apaño en las reglas para jugarlo, porque a otras cosas más complicadas hemos jugado…” Bueeeeeeno, vamos a ver qué tal va una ronda… Jugamos dos turnos de la primera ronda y todo salió tal y como me esperaba: yo me defendí, mi peque mayor me hizo un poco de competencia, pero mi peque más peque no sabía por donde andaba… Ahí se convencieron los dos de dejar la partida.
Es uno de esos juegos a los que les tengo unas ganas terribles y, a raíz de este intento de partida, más ganas le he cogido, pero necesito un grupo de juego algo más parejo en cuanto a conocimientos literarios (lo que conlleva también cierta edad) para disfrutarlo de verdad… ¿Podré convencer al maridín para echar una partida? Ya os iré informando.
¿Vosotros lo habéis probado? Hay todo tipo de críticas en la red para el juego… ¿la vuestra es positiva? Compartidlo con nosotros!