
“Capitán, capitán!! Hay otro navío pirata a la vista que nos quiere abordar!” “Prepara los cañones, grumete! Nos quedaremos con su bodega! Agggrrr!!! Rápido!! Jamaica nos espera!”
A quién no le gusta el mundo de los piratas, de las carreras y los tesoros? Pues en eso se basa este juego de mesa titulado Jamaica. Cierto es que cuando uno se pone a leer las biografías reales de los piratas te dan ganas de retorcerles el pescuezo, pero si nos quedamos en la versión romántica y aventurera que nos han vendido en el cine y la televisión de los mismos, pues a todos nos da un poco de “envidia” la vida pirata… Esto último me recuerda cierta canción creo que de Peter Pan…
Ambientación del juego

En Jamaica encarnamos a unos capitanes de barco que tenemos que dar la vuelta a la isla de Jamaica en el menor tiempo posible mientras arrasamos con todos los tesoros que podamos ir encontrando y abordando los barcos de los piratas contrincantes que tratan de ganar la carrera.
Mientras recorremos la isla, tendremos que ir pagando los aranceles que sus habitantes nos imponen por ir atracando en sus inmediaciones, que somos piratas pero no bárbaros!! También tendremos que alimentarnos, ya que la carrera durará varias jornadas, y aprovecaremos los descansos tanto para comer como para reabastecer nuestros cañones de munición o coger oro (lo del oro no me queda claro de dónde lo sacamos, supongo que de saquear algo en mitad del mar…).
Puesta en escena

La puesta en escena es bastante sencilla, y más gracias al inserto que trae la caja del juego, que nos permite dejarlo todo bien colocado al final de la partida y facilitando su puesta en mesa para la próxima.
Primero, se coloca el tablero de la isla de Jamaica en el centro de la mesa, y sobre este, el dado de guerra, los marcadores de tesoros en cada una de las rocas con forma de calavera que rodean la isla y las cartas de tesoro bocabajo y barajadas.
Cada jugador elige un pirata o un color (cada pirata está asociado a un color), y coge tanto las cartas del pirata como el barco del color seleccionado. También tiene que coger una bodega de carga, en la que irá almacenando sus adquisiciones a lo largo de la partida, tres comidas y tres monedas de oro, que le servirán para estrenar dos espacios diferentes de su flamante bodega de carga.
Por último, se coloca junto al tablero la reserva de oro, comida y cañones al alcance de todos los jugadores, se escoge el jugador inicial y se le da su marcador (la rosa de los vientos) y los dos dados que determinarán el valor de las acciones a realizar en cada uno de los turnos.
Ya está todo preparado!!
Mecánica del Jamaica

Uno de los puntos fuertes del juego es que la mecánica es bastante sencilla, pero también hay que tener un puntito de estrategia para conseguir ganar.
El jugador inicial tira los dados de acción, y escoge qué puntuación servirá para las acciones del día y qué puntuación servirá para las acciones de la noche, colocando cada dado en su lugar correspondiente en el tablero central.
Cada jugador elegirá una de las tres primeras cartas de su pirata. Estas cartas se dividen en dos partes: la parte de la izquierda es la acción a realizar durante el día, y la parte de la izquierda la acción a realizar durante la noche. Las acciones a realizar vienen representadas por un icono, a saber:
- Flecha verde señalando hacia la derecha: el barco avanza tantas casillas como indique el dado de su momento del día. Si al avanzar, el barco acaba sobre una casilla en la que figura una moneda de oro con un número en el centro, el pirata tendrá que pagar tantas monedas de oro como se indiquen para poder abastecerse en ese puerto. Si acaba sobre una casilla con un número ‘x’ de cuadrados, la tripulación del barco consumirá ‘x’ unidades de comida de sus bodegas. En caso de que no se tenga para pagar comida u oro, se pagará lo que se pueda y el barco retrocederá hasta una casilla en la que sí pueda pagar su coste. Por último, si se finaliza sobre una casilla con un marcador de tesoro, el pirata robará la primera carta del tesoro del mazo de robo y la guardará en su bodega sin enseñársela a nadie.
- Flecha roja señalando hacia la izquierda: el barco retrocede tantas casillas como indique el dado de su momento del día.
- Moneda de oro: el jugador consigue un número de monedas de oro igual al valor que posea el dado de su momento del día.
- Cañón: el jugador consigue tantas fichas de cañón como indique el valor del dado de su momento del día.
- Comida: el jugador obtiene tantas fichas de comida como indique el valor del dado de su momento del día.

Tanto las monedas como los cañones y la comida obtenidas han de colocarse en un compartimento vacío de la bodega, no pudiéndose acumular a lo ya existente, aunque sea del mismo tipo. En caso de tener la bodega llega, el capitán decidirá qué mercancía tirará por la borda y colocará la recién obtenida en ese hueco.
Comenzando por el jugador inicial y en el sentido de las agujas del reloj, los jugadores realizarán sus acciones de día y luego sus acciones de noche. Una vez finalizadas las acciones, se descartará la carta jugada, la rosa de los vientos pasará al siguiente pirata y todo comenzará de nuevo. Si los piratas ya no tienen tres cartas para robar para seleccionar sus acciones, se barajará la pila de cartas utilizadas y se comenzarán otra vez a utilizar.
Cuando el primer jugador llega o sobrepasa la línea de llegada (después de haber dado una vuelta completa), se finaliza el día en curso y la partida finaliza. Cada jugador cuenta su puntuación (monedas de oro + tesoros encontrados + valor de la casilla en la que se ha finalizado la carrera) y ganará el pirata con mayor puntuación.
Aspecto visual

El juego está ambientado en la isla de Jamaica (o eso dice la caja). Podemos decir que está ambientado en una isla, rodeada por diversas formaciones rocosas en forma de calavera, en las que podemos encontrar tesoros de la más diversa índole: desde el típico tesoro de monedas de oro que nos dará puntos de victoria al final de la partida, pasando por mejoras para nuestro navío, e incluso objetos malditos que nos robarán puntos de victoria al final de la partida.
Todo el tablero está lleno de detalles y con un colorido admirable, que hace que el resultado final sea una gozada durante la partida.

Pero no todo se queda en el tablero. Las ilustraciones de la caja la hacen parecer un cofre del tesoro, y las instrucciones, en una de sus caras, tienen una imagen de una gran remesa de doblones de oro, de forma que si las guardas con esa cara hacia arriba en lo alto de todos los componentes simulan que cuando abresel juego estás descubriendo un gran tesoro! Es una tontería, pero es un detalle muy muy chulo para los más peques.
Experiencia personal

Jamaica es un juego para pasar un rato en familia. No tiene más aspiraciones, al menos en nuestro caso. Cuando no tienen ganas de un juego sesudo, largo o simplemente no se quieren complicar mucho la vida, es el comodín al que todos quieren jugar.
También es muy usable cuando vienen amigos a casa y no han jugado nunca a juegos de oca un poco más actuales que la oca o el parchís. Primero te miran con cara rara cuando entienden que la carrera de piratas no es en la Play Station, sino encima de la mesa (cara rara por no decir mala cara), pero cuando sacas ese “cofre del tesoro”, abres el tablero común y empiezan a salir piezas, cartas y les cuentas la historia, se les ilumina la cara y se ponen a jugar como locos. Cosa distinta es que sigan las reglas y no se mosqueen cuando pierden, sobre todo si no están acostumbrados a estar más de 10 minutos sentados… pero eso es harina de otro costal.

Terminando: juego de carrera, sin complicaciones, con un poco de suerte y un poco de estrategia, visualmente espectacular y que a los peques les encanta. ¿Todavía tenéis dudas de si os gusta? Preguntad lo que queráis!