
Después de mi anterior artículo en el que os hablaba del Mint Delivery, he llegado a la conclusión del que el destino está en contra de mi estabilidad económica. He dicho.
Tenía muchas ganas de probar el primero de los juegos de la compañía Five24Labs en formato lata pequeña, el Mint Works, porque cuando adquirí el otro en KickStarter decidí no comprarlo, ya que no sabía cómo iba a ser el resultado.
Estuve mirando por diversas tiendas de Internet y la verdad es que con los gastos de envío, decidí que no me merecía la pena comprarlo, que ya en otra ocasión podría adquirirlo cuando bajase de precio o cuando encontrase una buena oferta. Y es ahí donde el destino intervino: en un grupo de compraventa de juegos de mesa en el que estoy, un chico lo vendía a buen precio, y no solo eso, es que además era de mi misma ciudad… ¡Lo veis tan claro como yo?
El caso es que tardé lo justo en llegar a un acuerdo y ahora tenemos un nuevo miembro en nuestra colección de juegos de mesa: el Mint Works.
El Mint Works es un juego pequeño, tan pequeño como un paquete de tabaco, que viene en una lata en la que se recogen perfectamente todos sus componentes.
A la hora de jugarlo, tiene algo de dependencia con el idioma, ya que en las cartas hay alguna que otra frase en inglés, pero si conseguís el reglamento traducido (aquí tenéis el enlace), podréis jugarlo perfectamente en el caso de no tener soltura con este idioma.
Ambientación del Mint Works
En Mint Works cada jugador toma el papel de un diseñador o planificador de barrios en la ciudad de Mintopia. Su trabajo consistirá en construir el barrio con más clase de toda la ciudad, y ganará aquel jugador que tenga el barrio con más clase de todos los construidos.

Para ello, cada jugador dispondrá de una serie de trabajadores, que tendrá que ir gastando en conseguir planos y permisos de edificación, construir los edificios, o ser el primero en poder elegir en la siguiente ronda. Al fin y al cabo, los edificios serán los que otorguen puntos de victoria al final de la partida. Algunos de los edificios que construyamos, en vez de puntos de victoria, nos darán habilidades extras que nos ayudarán a ser el mejor planificador de la Mintopia.
Y os podéis llegar a preguntar… ¿y qué pinta la menta en todo esto? Pues bien, en este juego, los trabajadores no son meeples al uso, sino pequeñas fichas redondas que recuerdan a las pastillas de caramelos de menta.
Componentes del Mint Works
Los componentes principales del Mint Works son las cartas, que se reparten en tres tipos principalmente: las cartas de acción, en las que se colocarán trabajadores para realizar las acciones, las cartas de plano/edificios, que son las más abundantes del juego, las cartas de inteligencia artificial, utilizadas en las partidas en solitario, y los trabajadores y la pieza de jugador inicial, que en vez de ser una ficha con forma de caramelo de menta, tiene forma rectangular.
Aquí os dejo un vídeo en el que se va abriendo la caja y mostrando los componentes.
Puesta en escena
El secreto para el éxito de este juego es no utilizar una superficie deslizante para jugarlo, porque en su mayoría está compuesto por cartas, que conforman tanto el tablero como los edificios y objetos a obtener al fin.
Aquí os dejo un vídeo en el que preparo una partida para jugar en solitario.
Y aquí tenéis otro en el que preparo la partida para dos jugadores (modo para más de un jugador)
Mecánica del juego
La mecánica del juego es sencilla. Cada jugador, comenzando por el jugador inicial y en el sentido de las agujas del reloj, tiene capacidad de realizar dos acciones en su turno a elegir entre las siguientes (se pueden repetir acciones mientras existan localizaciones y trabajadores a colocar):
- Colocar trabajadores en una localización para poder realizar que permite dicha acción
- Pasar. En esa vuelta no va a realizar acción, aunque puede reengancharse posteriormente.
Cuando un jugador construya edificios en su barrio que le otorguen 7 estrellas o más, se finaliza la ronda actual y la partida finaliza.
¿Queréis ver una partida en solitario? ¡Aquí la tenéis!
¿Y una partida para más de un jugador? En este caso, os dejo una partida con mi peque más peque. También pierdo…
¡Definitivamente tengo que practicar más a este juego!
Aspecto visual
Cuando adquirí el juego ya venía yo preparada para el aspecto visual del juego, al menos para su aspecto visual guardado: en una pequeña cajita de lata del tamaño de una cajetilla de tabaco, muy recogido, muy pequeño todo, y que apenas ocupa espacio.
En cuanto a su aspecto visual desplegado, la verdad es que me decepcionó un poco. Los componentes son correctos, eso no se lo quita nadie, pero podrían ser un poco más coloridos. Los únicos meeples son los trabajadores, con formas de pastillas de menta. Son monas, no lo dudo, pero demasiado iguales. No hay ningún meeple que llame la atención.
En relación a las cartas, dependen mucho del texto que contienen. Quizás podrían haber ideado una manera más basada en iconos para restar la dependencia que el juego tiene con el idioma, que aunque no es mucha, si puede suponer una traba para algunos jugadores.
El conjunto es funcional, pero no lo describiría ni como llamativo, la verdad.
Experiencia personal

Mint Works es un juego rápido y fácil de entender. Algo dependiente del idioma, por lo que tienes que estar explicando/recordando las cartas de edificio a aquellos jugadores que tienen desconocimiento de este idioma, aunque esto es fácilmente salvable haciendo una hoja de instrucciones resumen de cada uno de los edificios.
En cuanto a la mecánica, es la típica mecánica de colocación de trabajadores, con la diferencia de que no tienes un número fijo de trabajadores, sino que puedes conseguir ir aumentando tu número de trabajadores inicial por ronda, y además, puedes acumularlos de una ronda a otra para hacer grandes obras… aunque esto pueda suponer que otro jugador se te adelante.
Desde mi punto de vista, algunos edificios dan unas ventajas espectaculares con respecto a otros, por eso hay que cuidarse mucho de tener los trabajadores suficientes para comprarlos si aparecen antes que los adversarios, porque el que lo consiga tiene una gran ventaja sobre el resto de jugadores.
A mis peques les gusta mucho, sobretodo porque se me da muy mal y me suelen ganar, y como la mecánica es sencilla, enseguida le han cogido el gusto a las partidas rápidas antes de la cena.
Conclusión: un juego pequeño, de precio asequible, fácil de aprender, fácil de reglas, rápido de jugar y que no ocupa apenas espacio. No es demasiado bonito en mesa, pero sí da para muchas partidas rápidas y diferentes entre sí.
¿Qué os ha parecido el juego? ¿Os gusta la estética que tiene? ¡Dejad vuestros comentarios!