Son tan bonitas, tan coloridas, pero cuando tienes que descubrir cómo hacerlas, puede ser un auténtico quebradero de cabeza! Inténtalo con el Magic Mandala.

¡Bienvenidos al maravilloso mundo de las mandalas! A mi peque mayor siempre le han llamado la atención estas representaciones, y tiene infinidad de libros y cuadernos de dibujo y camisetas y todo tipo de artículos relacionados con las mandalas que ha ido atesorando desde que era bastante pequeña. El otro día, estábamos en un tienda de juegos de mesa y lo vio: el Magic Mandala… y como tiene una madre que es la cosa más débil del mundo… pues se lo compré. ¡Quién es capaz de resistirse a esos ojitos de gatito de Shrek!
Origen de las mandalas
Etimológicamente, el término significa “círculo” o “círculo sagrado”.
Las mandalas son representaciones simbólicas espirituales y rituales utilizadas en distintas religiones orientales, como el budismo y el hinduismo. Representa tanto el universo que nos rodea como el yo interior de nosotros mismos.
Hay muchos estudios que avalan que el hecho tanto de elaborar como de colorear mandalas, disminuye en gran medida la ansiedad y el estrés que subyace en nosotros, ya que nos ayudan a focalizar nuestra atención y dejar a un lado los pensamientos incesantes de nuestra mente. Además, la disposición geométrica que suele acompañarlas nos transmite una sensación de equilibrio y paz.
Esto unido a que no se necesita ningún tipo de preparación previa para esta afición, ya que cada uno las colorea como buenamente le parece, y que no hay edad ni mínima (aunque las que mi peque hacía de pequeña eran manchurrones más que mandalas) ni máxima para dedicarse a ello, hace que sea una buena opción para pasar el rato.
Y visto lo visto, ¡todo son ventajas! ¡Ale, ale!! ¡A colorear mandalas!
Componentes

La verdad es que me quedé sorprendida con los componentes del Magic Mandala cuando los vi. No pueden ser más sencillos y cumplir perfectamente su cometido.
Cada jugador tiene 3 círculos con diferentes orificios a doble cara y tres colores distintos ( un total de 12 círculos), y luego hay una serie de tarjetas cuadradas, también a doble cara, con las diferentes construcciones que se tienen que hacer.
Ya está. Esto es todo. Tres colores, tres círculos y 27 cartas a doble cara.
Puesta en escena
El Magic Mandala requiere una preparación mínima. Simplemente se repartes tres círculos a cada jugador (hay que tener un poco de cuidado en que cada jugador reciba cada uno de los tres patrones de círculos existentes). Se barajan las cartas con las mandalas a realizar y se colocan en el centro de la superficie de juego, de manera que sean visibles por todos los jugadores.
¡Ya está todo preparado! ¡A mandalear!
Mecánica del juego

La mecánica tampoco es difícil de entender.
En orden de las agujas del reloj, y comenzando por el jugador más joven, se coge la primera carta del montón del centro y se le da la vuelta. Ese es el patrón que hay que conseguir igualar por cada jugador con los tres círculos que tiene, a base de poner uno sobre otro, darles vueltas, encajando los espacios vacíos con los rellenos… hasta que la figura que obtenga coincida totalmente con la imagen que aparece en la carta del centro de la mesa.
El primer jugador que consiga construir correctamente 5 mandalas gana la partida.
Como veis es muy sencillo de entender, lo malo es que en la práctica nos encontramos que existen 8 combinaciones diferentes entre los tres círculos de colores, unido a todas las

rotaciones entre los tres para casar los espacios vacíos con los rellenos, con los dibujos y con las aristas… vamos, que si digo que hay infinitas posiciones, no me alejo mucho de la verdad.
¡A que ahora no os parece un juego tan sencillo?
Aspecto visual
También tengo que decir cosas buenas en este sentido. Es un juego con un aspecto limpio y los colores elegidos combinan perfectamente entre sí sin llegar a ser aberraciones cromáticas.

Tristemente, el gran colorido que llevan consigo las mandalas pueden hacer que los resultados sean dolorosos para la vista, al menos para la mía porque me gustan los conjuntos simples y poco recargados. Pero el Magic Mandala tiene esa combinación simple de colores y formas que hace que el conjunto sea agradable visualmente, al menos para mí.
Otra cosa que me gusta, y que ya lo he visto en otros juegos como el Reykholt, es que en la caja, en la base de la caja, hace una especie de forro de cartón para que no cuando abras la caja no se vea ese color gris feo de fondo de caja. Es una chorrada como una casa, pero esos pequeños detalles a mí me gustan mucho.
Experiencia personal

Y después de todas las cosas bonitas que os he dicho sobre el Magic Mandala… he de confesar que a mí personalmente no me gusta. No me gustan los juegos estresantes en los que vas contrarreloj para ser más rápidos que los demás haciendo cosas y cuando ya las tienes hechas por poco tiempo se te adelanta el resto de jugadores. Acabo agotada, como si hubiese estado corriendo o algo parecido…
Con esto no quiero decir que el juego sea malo. A mi peque mayor le gusta mucho (también suele ganar a este tipo de juegos y eso ayuda), y a mi otro peque, aunque se le da fatal, tampoco es un juego que le disguste. Pero a mí… no me llama la atención.
Seguramente lo jugaré más veces, porque al tenerlo en casa y gustarle tanto a los enanos, pues jugaré más partidas. Pero si me das a elegir, seguramente escoja otro de otro tipo de mecánica que me llame más la atención.
¿Qué pensáis vosotros de los juegos contrarreloj? ¿No os quedáis echos polvo después de jugarlos? ¡Compartidlo con nosotros!