
Si nos ponen por delante un juego de mesa en el que se mezcla el tema de la antigua civilización egipcia con pirámides, obeliscos y otros elementos de arquitectura antigua egipcia… y si tu peque te lo pide… y tú has visitado Egipto, y recuerdas esas sensación de estar allí, como sumergido en una película… ¿tú qué harías? ¡Pues comprárselo!
Esto es, ni más ni menos, lo que nos ocurrió con este Cleopatra y la sociedad de arquitectos: no sabía nada del juego, pero al verlo me llevó unos cuantos años al pasado y vi una oportunidad genial para contarles a mis peques historias de “abuela cebolleta” de cuando yo viajé a Egipto hace ya unos pocos de años que prefiero no contar…
Ambientación
Es más que evidente que el juego está ambientado en el antiguo Egipto, concretamente durante el reinado de la emperatriz Cleopatra. Pues bien, esta señora decide construirse el mejor y más bello palacio de la historia, y para ello ordena al gremio de arquitectos, en concreto, a los jugadores de la partida, para que le vayan construyendo dicha obra de arte.
Cleopatra ofrece riqueza y renombre al mejor de los arquitectos que están participando en la construcción, por lo que la competencia entre ellos para ser el mejor es feroz. A tal punto de competencia se llega, que incluso alguno de ellos hace ofrendas a Sobek, el dios cocodrilo de la fertilidad, la creación y la vida, para conseguir congraciarse con él y recibir ciertas ventajas de carácter divino…
Pero antes se coge a un mentiroso que a un cojo, y al final de la construcción, el arquitecto que haya solicitado “más ayuda” a Sobek será castigado por Cleopatra y ofrecido como aperitivo a su mascota favorita: un simpático cocodrilo del Nilo.
Del resto de arquitectos, aquel que haya realizado mejor su trabajo se llevará todo el honor, la riqueza y la gloria al ser nombrado mejor arquitecto de su época.
Componentes
En el siguiente vídeo podéis ver todo lo que trae la caja de este Cleopatra y la sociedad de arquitectos.
Puesta en escena

A ver, la puesta en escena es rara, pero no difícil. Cuando lo compré me pareció realmente rara porque uno de los elementos de la partida es la caja del juego, aunque con el transcurso del tiempo me he encontrado con otros juegos que comparten esta característica (como el Rob a Bank).
Para llevar a cabo del despliegue del Cleopatra y la sociedad de arquitectos, hay que seguir los siguientes pasos:
- Hay que vaciar la caja del juego (la parte de abajo), ya que lo primero que haremos será colocarla bocabajo encima de la mesa. Esta será la base para el palacio que hemos de construir.
- Sobre la caja colocaremos el tablero del jardín, con la estructura en el lateral contrario al que se ve dibujada la puerta de entrada al palacio.
- Delante de la caja colocaremos la plaza de la esfinge, de forma que el número 5 sea el más cercano a la puerta de entrada al palacio, y el número 1 el más alejado.
- Se coloca el altar del sumo sacerdote justo fuera de la plaza de la esfinge, más allá del comienzo del camino, y junto a él se colocan los dados del Sumo Sacerdote por cualquiera de sus caras en blanco.
- Se coloca la figura de Cleopatra en la casilla inicial del camino.
- Coloca en una pila, y en cualquier orden aleatorio, los mosaicos de los Dioses. Se pueden apilar en el lugar en el que estaba guardada la estatua de Cleopatra. Saca las estatuas de Anubis que todavía están allí, colócalas a un lado, y pon en una pila en ese lugar los mosaicos.
- Ahora, en este mismo instante, y antes de tocar nada más, saca una foto al lugar en el que están colocados los obeliscos, estatuas, mosaicos y demás elementos. Cuando finalice la partida los deberás colocar de nuevo en este lugar, y te puedo asegurar que no hay forma de volverlos a meter si no es en la misma posición exacta en la que estaban originalmente (esa posición que luego no hay forma de recordar). Aunque esto no es un paso de la preparación propiamente dicho, os aseguro que os ahorrará muchos quebraderos de cabeza a la hora de recoger el juego.
- Saca los amuletos de la corrupción de su bolsa, y colócalos en un lugar accesible a todos los jugadores.
- Saca los Talentos (las monedas) y colócalas más o menos ordenadas (aquí cada uno que elija cual es su nivel mínimo de orden para los componentes de la partida) junto a la plaza de la esfinge, al alcance de todos los jugadores.
- Ahora, cada jugador debe elegir un color y tomará dos estatuas de Anubis, la pirámide de la corrupción y los tres barcos mercantes del Nilo correspondientes a dicho color. También recibirá cinco Talentos (monedas). Los barcos han de ser visibles para el resto de los jugadores, pero los Talentos no, por lo que se podrán con el valor económico hacia abajo.
- Se barajarán todas las cartas que trae el juego (tanto las de recursos, como las de personajes, con o sin corrupción, en un único montón, y se repartirán tres de estas cartas a cada jugador bocabajo.
- El montón de cartas sobrantes se dividirá en dos mitades aproximadas (no hace falta contar el número de cartas de cada montón). Una mitad se deja bocabajo, y la otra se pone bocarriba encima de la primera. Y se mezclan. Sí, se mezclan unas bocarriba y otras bocabajo. Si sois en exceso ordenados, esto os puede causar algo de desazón (a mí la primera), pero es necesario ya que añade una variante de incertidumbre al juego muy interesante. Una vez realizada la mezcla, se saca una fila de tres cartas que conformarán el mercado del juego.
Y ya está!! Parece mucho, lo sé, pero luego no es para tanto, salvo por tener que separar los Talentos por número, que es un tostón para mí que los guardo todos juntos en la misma bolsa…
Mecánica de Cleopatra y la sociedad de arquitectos

Pues quizás la mecánica del Cleopatra y la sociedad de arquitectos sea más sencilla incluso que la preparación.
Comienza el jugador que tenga más similitudes con Cleopatra, como una nariz legendaria, un cocodrilo de mascota o una amplia librería de jeroglíficos. Si nadie tiene casi parecido con la moza, se tiran los dados para ver quién empieza. Normalmente se tirarán los dados, pero puede que algún amigo nos sorprenda con el tema cocodrilo, que últimamente andamos un poco chalados con el tema mascotas…
Comenzando por el jugador inicial, y siguiendo el sentido de las agujas del reloj, cada uno de los jugadores tendrá que realizar obligatoriamente una de las siguientes dos acciones:
- Ir al mercado a comprar materiales o contratar personal.
- Ir a la cantera a comprar construcciones.
Vamos a ver un poco en detalle cada una de las acciones.
Compra de materiales y contratación del personal: el mercado.

Cuando alguien se decide por esta acción, ha de tomar todas las cartas existentes en una de las tres columnas del mercado y añadirlas a las que ya tiene en su mano.
En el caso de que se tengan más de diez cartas en la mano, tenemos que descartarnos hasta tener diez, y poner un contador de corrupción en nuestra pirámide. Otra opción sería quedarnos con todas las cartas que excedan de diez en nuestra mano y poner un contador de corrupción por cada carta que nos quedemos de más en nuestra pirámide.
Después, se repone el mercado colocando una nueva carta en cada una de las tres pilas del mercado en la posición que el jugador desee, pero manteniendo la carta bocarriba o bocabajo, tal como salga de la pila, y sin mirar el contenido de la carta bocabajo. Las cartas de cada pila serán visibles para todos los jugadores, por lo que es recomendable colocarlas como en cascada o escalera.
Si se agota la pila de cartas para ir rellenando el mercado, se hace lo mismo que durante la preparación de la partida con la pila de descarte de los jugadores, y se forma una nueva pila de cartas de mercado.
Compra de construcciones: la cantera.

Esta es la otra opción que el jugador puede tomar en su turno. Con esta acción se podrán construir elementos del palacio, comprándolos en la cantera.
Para ello, tendremos que tener en nuestra mano el número de recursos y/o trabajadores que nos exige la construcción. No tiene por qué ser el número exacto: nos podemos pasar, pero no recibiremos vuelta. Si no tenemos uno de los recursos exigidos, lo podemos suplir con uno de los tres barcos que tenemos desde el principio de la partida. Estos barcos son como un comodín que se puede emplear para suplir cualquier material de construcción. Solo se puede utilizar un barco por turno. Una vez utilizado, el barco abandona la partida.
Se puede comprar más de un elemento (iguales o distintos entre sí) en el mismo turno si se tienen los recursos necesarios. Es más, es recomendable, ya que nos pagarán más por ellos.
Una vez que que hayamos pagado los recursos necesarios, dejándolos en la pila de descartes del mercado, cogeremos las piezas compradas de la cantera y las colocaremos en los espacios disponibles del Palacio. Si pueden ser colocadas en más de un lugar, el jugador elegirá dónde las quiere colocar.
Ahora, se le pagará al jugador por la colocación de cada elemento una cantidad de talentos igual a la que figura en la hoja de resumen del juego. Pero además, si ha colocado dos elementos, toma dos talentos más a los que le corresponden, y si coloca tres o más elementos, tomará cinco talentos más a los que le corresponden.
Además, si uno de los elementos colocado es el último de su tipo (obeliscos, esfinges, el trono, las puertas, las columnas o los mosaicos), se ha de avanzar a Cleopatra una casilla hacia el Palacio.
Por último, el jugador tirará los dados de sumo sacerdote que no estén colocados en el altar. Si sale alguna llave de la vida en los resultados obtenidos, estos dados se colocarán en el altar. El resto se dejará donde estaban. Si todos los dados tienen ya la llave de la vida, se ha de realizar una ofrenda a los dioses.
La ofrenda a los dioses consiste en que cada jugador toma en secreto un número de talentos en su mano como ofrenda. Entonces, de manera simultánea, los jugadores desvelan cuántos talentos han ofrecido cada uno de ellos. El que más haya ofrecido, se ganará el poder retirar hasta tres contadores de corrupción del interior de su pirámide. El siguiente, tendrá que introducir un contador de corrupción en su pirámide (por rata), el siguiente 2, el siguiente 3 y el siguiente 4. En caso de empate, por ejemplo en el primer lugar, las dos personas empatadas ganan el privilegio de sacar tres contadores de la pirámide, pero no hay segundo puesto. Lo mismo ocurre con empates más multitudinarios o en otros puestos. Por cierto, se quede en el puesto que se quede… los talentos se pierden… ¡son ofrendas!
Hay que dar, además unos detallitos sobre el desarrollo del turno del jugador:
- Las cartas de personas contratadas que se tenga, pueden usarse en cualquier momento del turno del jugador, se haya elegido la opción de turno que se haya elegido. Incluso si se contrata una persona en el mercado, esa persona puede ser usada en ese mismo turno.
- Si se utiliza cualquier carta durante el turno que tenga marcadores de corrupción (sean personas contratadas, sean materiales), se han de añadir esos marcadores de corrupción a la pirámide del jugador que las ha usado.
- Si sobran recursos al comprar elementos en la cantera, no se pueden emplear para la compra de otro elemento. Cada carta solo se puede utilizar para la compra de un elemento, aunque sobren recursos porque la carta aporte más de los necesarios.
- Los mosaicos de los dioses existentes en la cantera se tienen que coger en el orden en el que están colocados. No se puede “rebuscar” por el mosaico que te gusta, a no ser que tengas una carta que diga lo contrario, claro.
Fin de la partida

Cuando Cleopatra se sitúa antes las puertas de su nuevo palacio, en la casilla número 5, la partida finaliza.
Y ahora viene el recuento final… y cuando nos damos cuenta de lo corruptos que somos… que a lo tonto a lo tonto, tenemos más contadores debajo de la pirámide de lo que nos podamos imaginar…
Lo primero es descartarnos de las cartas que tenemos en la mano, y por cada carta con marca de corrupción que nos descartemos, tenemos que añadir un marcador de corrupción a nuestra pirámide (sí, sí, también está mal guardarse cartas corruptas por si las moscas, ahora no disimuléis, que al menos estabais pensando utilizarlas).
Y llegó el momento. Hay que destapar el contenido de la pirámide. Si os preguntabais en la preparación de la partida por qué puñetas había tantos contadores de corrupción, ahora lo entenderéis. Desvelad tooooodo lo que hay debajo de vuestras pirámides. ¡Pero no los contéis todavía! Si habéis conseguido hacer algún santuario en los jardines de palacio, podréis deshaceros de un contador de corrupción por cada espacio del santuario, pero aún así, seguiréis teniendo muchos muchos.
Ahora sí, contadlos, contadlos y sufrid con la cifra de dos números alcanzada… Decid cuántos contadores os quedan en voz alta, ¡que se oiga!.
El primero lo dirá con temor, el siguiente, en función de si tiene más o menos, lo dirá con uno u otro tono, y a medida que los vayáis diciendo os irán cambiado las caras, del más puro alivio al pánico total, porque el que más contadores de corrupción tenga… será utilizado como comida para el cocodrilito de Cleopatra. ¡Qué mona la niña, que se preocupa porque su cocodrilito esté bien alimentado mientras elimina personajes indeseables de la sociedad! Porque no nos engañemos, la corrupción está mal!
Bueno, pues tras alimentar a la criatura, lo jugadores supervivientes venden sus barcos mercantes que les queden por tres talentos cada uno. A continuación cuentan cuantos talentos han conseguido ganar, y el jugador con más talentos es el que gana la partida. En caso de empate, el menos corrupto gana la partida.
Aspecto visual

Ya habéis ido viendo las fotos y los vídeos del juego… hay pocos euros que visualmente sean tan alucinantes como este, con toda la cantidad de elementos en tres dimensiones que trae! Por supuesto que hay juegos a los que les puedes personalizar las figuras para dar esa sensación espectacular, pero es que ¡el Cleopatra y las sociedad de arquitectos lo trae de serie!
Al principio de la partida es bonito y ya. Pero cuando se va acercando el final de la partida, cuando ya tienes casi todo construido, es una gozada para la vista el verlo todo así de ladillo, no desde arriba, sino a ras de mesa.
Ya os digo, un acierto total en cuanto a aspecto.
Experiencia personal
Pues después de todo lo que os he contado, después de todo lo que habéis visto, después de todo lo que habéis leído, he de decir que el juego Cleopatra y la sociedad de arquitectos no es uno de mis preferidos, la verdad.
No es por el juego en sí. Me parece que tienen una mecánica buena de ir consiguiendo cartas para ir construyendo cosas… y la puesta en escena es preciosa. También considero que lo de los contadores de corrupción es un incentivo para ir sopesando si aligerar o quedarse atrás, dependiendo de los contrincantes. Pero realmente a mí lo que me gusta son los juegos de colocación de trabajadores y obtención de recursos.
Considero que este juego es un juego de cartas con una bonita parafernalia alrededor, es más, diría que una preciosa parafernalia. Pero no deja de ser un juego de cartas, en el que dependiendo de lo que robes, avanzas hacia la victoria. También tiene algo de colocación de losetas en lo relativo a la construcción del jardín, pero no es la mecánica central del juego, que es la de conseguir sets de cartas que te permiten avanzar en el juego.
Que conste que a mis peques sí les gusta, y al maridín no jugón también le gusto en una partida que conseguimos engancharlo, quizás porque las reglas son sencillas y el juego no se hace demasiado largo cuando lo juegas.
¿Qué opináis vosotros? ¿Os gusta el Cleopatra y la sociedad de arquitectos? ¿No lo habéis probado aún? ¡Compartidlo con nosotros!
Aunque parece ser un juego algo enredado, es una oportunidad (como tú lo dices) para echar un vistazo a la historia egipcia, la manera en la que se construyeron las pirámides y un poco de mitología, tal vez por estas razones sí valdría la pena intentar echar una partida.
No creas que es demasiado enredado… es más complicado no caer en la corrupción que las reglas del juego en sí :P.
Además, cada partida depende mucho del nivel de corrupción de los participantes. Hay veces que todos se tiran de cabeza a la corrupción y es casi imposible saber a quién se comerá el cocodrilo.