
En De Mudanzas somos unos “mudanceros” (nunca he sabido cómo se llaman las personas que realizan la carga de las cosas de las mudanzas) que tenemos que cargar un camión con los bultos de una mudanza. La temática me encantó, y por eso decidimos echar una partida.
La mecánica es la siguiente: se tiran 5 dados, se recogen las piezas de cada color que indica cada uno de los dados, se toma una tarjeta de camión de mudanzas de las que han salido al azar (los más rápidos se llevan las mejores) y a colocar todas las piezas que puedas en su sitio hasta rellenar el camión sin que queden espacios libres ni piezas sin colocar, porque ambas cosas penalizan al final del turno, y hay que pagar monedas por ambas cosas. El que menos haya tenido que pagar, se lleva 10 monedas al final del turno.
Parece simple, ¿verdad? Pues eso, lo parece pero no lo es. Primero, no todas las piezas encajan en todos los camiones. Segundo, no todos los camiones tienen la misma altura. Y tercero, como seas un agonía cogiendo el más grande o el más pequeño… sueles quedarte demasiado largo o demasiado corto…

Una de las reglas especifica que el último que quede sin coger camión se tiene que aguantar y no puede elegir, tomando el siguiente camión del mazo de robo de camiones… pero esa regla tuve que eliminarla porque sería una pelea constante entre los dos y, además, tenía que darles todo el tiempo del mundo para visualizar qué camión les podía venir mejor con las piezas que les habían tocado.
A mis peques les costó un poco el tema de encajar piezas de forma tridimensional, y al principio, sobre todo el de 7 años, colocaba piezas que se “salían” del patrón marcado por el camión en pisos superiores… él suponía que con conseguir que las piezas se mantuviesen en equilibrio era suficiente. El mayor problema que se encontró mi peque de 10 años fue el de las alturas: visualizaba correctamente el plano del camión, pero el cálculo de las alturas se les daba exageradamente fatal.

Al cabo de unas cuantas rondas, y cuando ya tenían interiorizadas las reglas del juego, la verdad es que nos costó trabajo terminar la partida, porque ninguno destacaba por encima de los otros (y en esto me incluyo hasta yo, que las alturas se me daban fatal) y tuvimos que darle tres o cuatro vueltas al mazo de robo de camiones. Eso unido a que tardábamos bastante tiempo en conseguir colocar las piezas y quedar satisfechos con el resultado obtenido hizo que se nos alargase demasiado la partida.
No me gusta hablar mal de ningún juego, y supongo que habrá un sector de público para De Mudanzas, porque otra gente que se puso a jugar después de nosotros parecía que se lo estaba pasando realmente bien, pero a nosotros no nos apeteció nada en absoluto echar otra partida.
Viendo la calificación por edades, este juego es para mayores de 10 años, por lo que supongo que mi hijo es demasiado pequeño y a mi hija no acabó de gustarle el tema de juego-puzle tridimensional. Intentaremos probarlo en unos años a ver qué tal nos funciona.
Dejad vuestra opinión! ¿Vosotros habéis jugado a De Mudanzas? ¿Os ha gustado?