
La semana pasada pude ir a la asociación de jugones en la que estamos solo con mi hija, porque el más peque se quedó dormido en el sofá hecho polvo y no quería ni escuchar hablar de moverse.
Ésto nos dio la oportunidad de probar juegos con más complejidad de lo que habitualmente elijo en este tipo de situaciones, en las que el tiempo corre y no es plan de estar toda la tarde para ni siquiera acabar una partida entre que pones en pié el juego, lo explicas y lo vas jugando.
Tras varias pasadas por los juegos que estaban disponibles esa tarde en la ludoteca, mi hija se decantó por un juego denominado Galaxia. Como la caja era medianamente grande, nos sorprendió mucho el abrirlo y darnos cuenta de que era un juego de cartas, lo que a ninguna de las dos nos hizo mucho ilusión… pero bueno, ya que lo habíamos cogido le deberíamos dar una oportunidad por lo menos!

El acabado de las cartas nos gustó mucho, y las instrucciones no nos parecieron demasiado farragosas, aunque los marcadores de vida eran un poquito cutres. Cuando comenzamos a leer las reglas, vimos que tanto las fases del juego como la mecánica del mismo son bastante sencillas. La parte difícil fue la interpretación de la gran cantidad de simbolitos que gráficamente tiene cada una de las cartas, que hacen que el juego sea bastante independiente del idioma y que ofrecen una gran variedad de opciones y muchos detalles a tener en cuenta a la hora de jugar cada una de ellas. Prueba de ello es que la tarjeta de ayuda del Galaxia es una señora tarjeta de tamaño cuartilla que a nosotros nos fué imprescindible para poder jugar. Se sentó con nosotras una persona que sí conocía el juego, y la verdad es que fue de gran ayuda a la hora de descifrar las distintas opciones que nos dan las cartas.

La partida fue bastante ágil, puesto que la mecánica es sencilla. Yo supuse que la duración de la partida sería alta, dado el elevado número de opciones que ofrecen las cartas, pero al final acabamos la partida en poco tiempo, ya que la consecución de puntos no es nada compleja.
Una de las cosas que personalmente más me gustó de este juego es el hecho de que es fácil alcanzar a aquellos jugadores que te llevan ventaja, de forma que la partida se va equilibrando si vas jugando bien tus cartas, y no llega a despuntar nadie de forma aplastante. La victoria se consigue a base de sumar los puntos que has ido obteniendo a lo largo de la partida por cada una de las cartas que tienes en juego, y tampoco hay una diferencia abismal entre unos y otros jugadores, lo que te lleva a querer jugar más partidas por eso de “¡casi gano!”.

Galaxia es un juego que nos gustó bastante. La prueba es que mi hija se lo quería llevar prestado a casa, pero no la dejé. Ya oigo por ahí las voces :”¡Mala madre! ¿Por qué?” Toda decisión tiene su explicación, y en mi caso la mía es que la cantidad de información gráfica que lleva asociada cada una de las cartas del juego (que es muy positiva ya que no son dependientes del idioma) haría que el más peque de la casa se perdiera mucho, tirando a bastante, durante la partida y siempre necesitaría ayuda para jugar su baza de cartas, con preguntas del tipo “¿y este símbolo qué es?”. Cuando yo juego con ellos esto no tiene mucha importancia y, aunque a mí me fastidia un poco, intento no pensar en que sé las cartas de él para tomar mis decisiones de partida, pero cuando juegan ellos dos solos… la cosa cambia mucho… ¡y al final siempre siempre acaba ganando la hermana mayor!
¿Vosotros habéis jugado alguna vez al Galaxia? ¿Qué os parece? Dejad vuestros comentarios!
1 comentario en «Galaxia, la conquista. 3 jugadores. 10 años.»