
En uno de los mercadillos de juegos de mesa de la asociación Queremos Jugar al que fuimos, mi peque más peque se enamoró totalmente de un juego llamado Viento del Norte.
Yo que no soy mucho de quedarme con los nombres de la gente, vi el autor del juego (Klaus Teuber) y me quedé igual, pero buscando por Internet, lo primero que te dicen es que es del mismo autor que el Catán. Ahora bien, cualquier parecido entre ambos juegos es pura coincidencia.
Ambientación del juego
En Viento del Norte, somos unos navegantes que tenemos que satisfacer las necesidades de tres ciudades portuarias en menos tiempo que nuestros rivales para ganar la partida. ¿Cuáles son sus necesidades? Básicamente, tendremos que suministrarles bienes tales como sal (blanco), cereales (amarillo), vino (morado), madera (verde… ¿por qué? Porque el color es más llamativo…), pescado (gris. No voy a hacer comentarios sobre la frescura del pescado gris) y algún que otro capitán pirata (azul oscuro) que podremos capturar en nuestras travesías por los mares.
A medida que nuestra actividad comercial nos da beneficios, podremos ir mejorando nuestro barco si queremos prosperar de forma rápida, mejorando nuestras velas, contratando más tripulantes que nos darán beneficios adicionales y aumentando nuestra capacidad de artillería, lo que nos permitirá defendernos con más facilidad de los ataques piratas que nos lleguen y así capturar a los capitanes piratas de dichos barcos.
Puesta en escena

La primera vez que juguemos a Viento del Norte, tendremos que montar los barcos de los jugadores. Sí, habéis leído bien. Cada jugador, en vez de un tablero plano que representa un barco tiene un pedazo de barco en tres dimensiones en el que encajarán a la perfección todas las mercancías y tripulación que el juego permite llevar a bordo, así como las velas y la artillería.
Todo está hecho con un cartón duro bastante aceptable y no es para nada difícil de montar. La ventaja es que para guardarlo en la caja, solamente tendremos que “desmontar” el palo y la vela del barco, por lo que en las siguientes partidas todo será mucho menos laborioso.
Una vez montado el barco, repartiremos dos mercancías (admitimos capitanes piratas como mercancía) de cada tipo a cada jugador, dos contratos, cinco monedas, 4 marineros y 4 cañones. Este es el número máximo que cada jugador puede llegar a tener al mismo tiempo en su barco durante la partida. Es, por así decirlo, su reserva, ya que aún no la tiene en el barco.
En el barco, inicialmente, cada jugador tiene 5 monedas de capital inicial, 1 contrato, un número determinado de cubos de su color (que dependen del número de jugadores), la vela situada en el 4 y un cañón colocado en una de las posiciones para artillería del barco.
Por otra parte, hay que colocar el tablero común de las ciudades con las que comerciar. Para ello, se cogen las 21 losetas de acciones (las que no tienen los nombres de los puertos de destino), se mezclan y se dividen en 3 montones de 7 cada una. A cada montón se le añade un puerto, se vuelve a barajar y se coloca delante del tablero común en el lugar correspondiente al puerto destino que contiene la pila.
Por último, se sacan las monedas restantes y se ponen al alcance de todos los jugadores, se sacan los dados de lucha contra piratas (blanco y negro) y fin.
De verdad, parece mucho más complicado de lo que realmente es, y como tantas veces digo, si se guarda todo bien, en un momento lo tienes hecho. Y el resultado es espectacular!
Mecánica del Viento del Norte

Se elige el jugador inicial se propone que sea el jugador más joven… inventad lo que queráis en función del grupo de jugadores que haya, porque yo con mis peques no puedo dejar que sea el más peque el primero que empiece el juego siempre…
El jugador activo seleccionará una ciudad, e irá descubriendo las losetas de dicha ciudad y tomando decisiones en cuanto a qué hacer en función del tipo de loseta:
- Losetas de mercado: permite comprar o vender mercancías. Tiene una A en la parte superior izquierda.
- Losetas de mejora de barco: permite realizar mejoras en el barco. Tienen una A en la parte superior izquierda.
- Losetas de piratas: tienes que tirar el dado blanco, en el que indicará si ganas un tesoro (barco pirata abandonado) o el número de piratas a los que te enfrentas. En el primer caso, ganarás 1 moneda de oro. En el segundo, tendrás que tirar el dado negro (tus cañones) para ver a cuántos piratas vences o sobornarlos pagando una moneda de oro para que te dejen tranquilo. Si decides luchar y vences a todos, tu recompensa será capturar un capitán pirata; en caso de que no los venzas, tu turno finaliza.
- Loseta del puerto de la ciudad: si cumples las condiciones de la ciudad, puedes completar un encargo de la misma.
El jugador podrá realizar dos acciones en las losetas que vaya sacando, y tendrá que decidir si realiza la acción o no en el momento de descubrir la loseta y antes de pasar a la siguiente. El número de losetas a descubrir lo marca el alcance de la vela del barco (4 al comienzo de la partida). El encontronazo con piratas es obligatorio hacerlo, pero no cuenta como acción. En el momento en el que el jugador realiza las dos acciones, no descubre más losetas y su turno finaliza.
Al finalizar el turno, barajará las losetas de la ciudad en la que ha estado navegando y las dejará en su sitio por si el siguiente jugador también decide navegar en esas mismas aguas.
La partida la ganará el jugador que consiga colocar sus cubos de color en el tablero común en primer lugar. Por cada encargo que se complete, el jugador puede colocar un cubo en la ciudad en la que se realiza el encargo. Además, si el que lo coloca es el jugador con más encargos realizados en dicha ciudad, coloca otro cubo. También se colocarán cubos en el mapa común si tu barco tiene cuatro tripulantes (obtenidos a base de mejoras, por supuesto!), y si has hecho al menos un encargo en cada una de las tres ciudades portuarias.
No os preocupéis, cuando comienza el juego es muy fácil de entender.
Aspecto visual

Esta creo yo que es la mejor parte del juego.
Eso de estar jugando con un barco en tres dimensiones, e ir cargando los productos y poniendo los piratas cada uno en su sitio, y los cañones apuntando al mar… la verdad es que es una gozada visualmente. Pienso que es una de las razones por las que a mi “peque” le encantó este juego nada más verlo.
El resto de elementos del juego (tablero de ciudades y losetas) son bonitos, de buenos materiales y cumplen con su función.
Por poner un pero… los colores de las mercancías… supongo que será que el pensamiento alternativo del autor le dictaba que esos eran los colores más indicados para, por ejemplo, la madera verde; hagamos un acto de fe y supongamos que son tan brutos los que talan los árboles y apilan la madera que la transportan con las hojas incluidas… Y lo del pescado gris, bueno, digamos que el color del pescado suele ser plateado, aunque yo relaciono siempre el azul e imaginar pescado de color gris (apagado, oscuro…) no me da demasiada confianza.
Pero bueno! A pesar de estas pequeñas observaciones totalmente subjetivas de los colores elegidos para las mercancías, el resultado general del juego una vez sacado a mesa es soberbio.
Experiencia personal

En casa tenemos opiniones encontradas con respecto al juego.
Visualmente a todos nos llamó mucho la atención, y gusta mucho montarlo en la mesa, pero a la hora de jugar no a todos nos da las mismas sensaciones.
A mi peque más peque el encanta jugarlo, y se defiende bastante bien en el desarrollo de la partida. Tiene que esforzarse por recordar en qué puerto se compra cada tipo de mercancía e intenta hacerlo más rápido que nadie para ganar casillas en puerto. Su problema es que deja un poco de lado las mejoras de su navío y cuando ya los demás hemos cogido carrerilla por las mejoras del barco, él se da cuenta de la diferencia y es cuando comienza con las mejoras, por lo que se suele quedar rezagado. Aún así, siempre le encanta jugar.

A mi peque mayor el juego le parece un poco aburrido. Ella tiene una capacidad alucinante de memorizar las cosas, por lo que el saber en qué puerto está cada cosa no supone un reto para ella. Además, como el azar entra a formar parte del juego (el orden en el que aparecen los puertos y las mercancías), cuando la victoria está muy reñida considera que el factor determinante es el azar y no el saber jugar bien. No es que le haga asquitos a jugar una partida, pero tampoco le entusiasma, y si puede intenta convencer al aforo que haya para sacar otro juego a mesa.
Mi opinión personal es que es un juego con una estética diferente y muy bonita que para momentos en los que al personal no le apetezca comerse mucho la cabeza y echar un rato no muy largo jugando a algo, viene genial.
Terminando: si os apasiona el aspecto visual de los juegos y estáis buscando un juego rápido, sin mucha interacción entre los jugadores y que sea fácil de jugar, este es vuestro juego. Si por el contrario buscáis un juego en el que no intervenga el azar, en el que el resultado dependa solo de vuestro buen hacer, pues va a ser que no. Tampoco es para vosotros si buscáis juegos con muchos caminos para conseguir la victoria o si lo que realmente os apasiona es la estrategia.
¿Habéis visto alguna vez el juego montado? ¿Lo habéis probado? ¿Qué os ha parecido?