Hoy os voy a dejar un relato escrito por un amigo que me parece totalmente genial. Está basado en el juego Los Colonos del Imperio, juego en el que nuestro amigo es imbatible cuando coge el imperio romano. Espero que os guste tanto como a nosotros nos ha gustado!
Un colono del imperio
“

“A este tío me lo llevo yo por delante. Por Júpiter que me lo cargo. ”
El látigo del capataz me había echo salir de mis ensoñaciones. Me había visto en mi infancia, jugando con otros niños en los barrios bajos de Roma. Recordé como una serie de malas decisiones me había llevado a una posición nada deseable y como había tenido que salir de Roma para labrarme un futuro lejos de galeras. Mis pensamientos ahora no iban mas lejos que el de mandar a ese animal al tártaro a la más minima. Eso sin olvidarme del fulano que lo tenía en nómina y nos miraba sonriendo sin importarle nuestro sufrimiento.

“Vamos, Quinto, es hora de trabajar”
Son días difíciles y hay que aprovecharlos al máximo para hacer crecer esta nueva colonia (hay muy pocas opciones para prosperar para alguien con mi pasado). Las noticias de una nueva tierra, fértil y sin dueños me hizo pensar que mi vida podría dar un cambio a mejor. Al menos he conseguido un trabajo lejos de ese látigo y del salvaje que lo usaba. El bosque antiguo nos está proporcionando la madera necesaria para las construcciones más básicas y fundamentales. Eso sin contar que me están generando contactos con los que espero poder hacer negocios en un futuro.

Hoy nuestros exploradores nos han alertado que no somos los únicos que estamos colonizando estas tierras. Las noticias que circulan por esta pequeña urbe hablan de 3 pueblos distintos que compiten con nosotros por hacerse con el poder en la zona. Los rumores cuentan de unos despiadados egipcios, unos sofisticados japoneses y de una turba de bárbaros que crecen por día. Necios, pronto sabrán lo que es ser pisoteados por nuestras sandalias, para mayor gloria de nuestro César y por Júpiter que conseguiremos expandir nuestro imperio.

A nivel personal, todo está saliendo mejor de lo planeado. He conseguido un trabajo en una aldea que hemos construido y que está atrayendo mas colonos poder crecer mas rápido. Me han ofrecido un trabajo como funcionario en uno de los edificios principales de la colonia. Creo que es el momento perfecto para dar el salto a la ciudad principal.
Nuestros edificios de gobierno nos permiten ventajas estratégicas que pronto nos permiten ir expandiéndonos más que nuestros enemigos. Nuestras fértiles tierras nos hacen crecer rápido.

Los Dioses nos son propicios, así que decidimos entablar combate con los bárbaros que parecen crecer rápido. Tras un intercambio de golpes cobramos más ventaja sobre ellos. Nuestras legiones han hecho un gran trabajo. Desde nuestras torres podemos ver el humo que sale de sus destrozados edificios. Los legionarios cuentan de atalayas y castillos destrozados. No obstante, lloramos por nuestros hermanos que no regresarán jamás. El Tártaro o los Campos Elíseos serán su nuevo hogar, dependiendo de sus actos. Donaré unas monedas de las que me sobran para que recen por ellos. El trabajar en uno de estos edificios de gobierno me está permitiendo hacer poderosas amistades que me están haciendo subir en cuanto a poder. Esas amistades y algún accidente que, misteriosamente, han sufrido otros que también optaban a esos puestos.

Pasan los días y seguimos con nuestra colonia. Hoy ha ocurrido algo que me ha extrañado mucho. Unos emisarios japoneses han firmado un acuerdo con uno de nuestros edificios. Dicen que será parte de una ruta comercial. Sigo sin entender en que salimos beneficiados por esto, pero sus argumentos han convencido a nuestro líder que no se ha podido negar a tal ofrecimiento mientras sus consejeros nos mirábamos extrañados. No son rivales en cuanto a poder estos orientales, pero no hay que quitarles ojo ya que está claro que dominan el arte de la diplomacia.

Hoy he podido ver los planos de los edificios de los egipcios gracias a mi puesto de consejero. Realmente hemos tenido suerte de que no hayan estado bien dirigidos por su líder, ya que son muy poderosos. Júpiter ha velado por sus fieles favoreciéndonos en todo momento. Gracias a mis negocios he podido acumular una cantidad de dinero considerable con la que he comprado una cantera cuyo dueño había aparecido muerto en extrañas circunstancias. Un golpe de suerte… para mí. Sin embargo creo que los trabajadores no dan todo lo que pueden.

Este nuevo día nos ha traído muy buenas noticias. Nuestras colonias mercantiles y cuarteles nos proporcionan esa mano de obra que necesitamos para poder seguir creciendo. La madera y la piedra circulan con increíble fluidez. Nuestros edificios se han multiplicado con una rapidez inusitada. El oro abunda en nuestra colonia. A estas alturas ya nadie nos puede parar. Las ofrendas a nuestros dioses serán abundantes para agradecer que nos han sido benevolentes. Pensando he encontrado la manera de motivar a mis trabajadores. He contratado al capataz que tan buen trabajo hacía en la primera cantera donde trabajé. Su látigo hace que esos holgazanes muevan más piedras. Mientras miro complacido con una copa de vino en la mano como el capataz hace su trabajo noto como alguno de ellos me mira mal. ¿porqué será?
“
¿Qué os ha parecido el relato? ¿Os ha gustado? ¿Os animáis a escribir uno? Si es así, poneos en contacto con nosotros en meeplesypeques@gmail.com!!