
Al principio solo existía Caos, pero no entendido como sinónimo de desorden, sino como un espacio vacío, un ser hueco, la nada, algo que no puede ser descrito. Después aparecieron Gea o Gaya (la Tierra), Tártaro (el abismo más profundo) y finalmente Eros (el amor), considerado como una entidad necesaria para que esos primeros seres iniciasen la reproducción entre ellos, y que se llegase a la aparición de otros, generación tras generación. De esta forma se explicaba en la mitología griega, concretamente por Hesiodo, la creación del mundo, cuyo centro de todo lo conocido era la tierra.
Con Cosmogénesis nos acercamos a una visión más científica (que no es que sea muy difícil, viendo lo que pensaban los griegos) de la creación planetaria y la astrobiología. ¿Os gustaría jugar a ser Dios o Alienígena e influir directamente en la creación de planetas y vida inteligente? ¡Este es vuestro juego!
Ambientación del juego

Al comienzo, tenemos ya creado un sistema solar con una estrella de características similares a nuestro sol para cada jugador, que consta de cinco órbitas. También existirán una serie de objetos planetarios a disposición de los jugadores con los que podrán ir creando planetas, haciéndolos crecer, dotándolos de vida e incluso, a través de intervención alienígena o divina (depende de si queremos ser dioses o marcianitos), obtener objetos especiales y avances fuera de lo común.
A lo largo de la partida, además de conseguir materiales para ir “construyendo” dicho sistema solar, también tendremos que obtener una serie de objetivos a cumplir, con los que conseguiremos puntos al final de la misma.
Al cabo de 6 rondas, la partida finalizará. Se hará un recuento en función de la evolución obtenida y los objetivos conseguidos, y ganará la partida el jugador con más puntos.
Puesta en escena

Cosmogénesis es un juego de mesa que consta de muchos elementos: planetas, meteoritos, cometas… por lo que es bastante importante tenerlo todo bien organizado. Si sumamos el elevado número de componentes a que es un juego de 2 a 4 jugadores, y que en función del número de jugadores se pondrán en mesa una serie de recursos más limitados cuantos menos jugadores haya… pueden ocurrir dos cosas: cosa 1: todo organizado y en un abrir y cerrar de ojos está todo colocado; cosa 2: hasta el moño de buscar tanto numerito en las fichas para sacar de la partida!!
Así es que recomendamos encarecidamente la “cosa 1” para evitar acabar mareados del juego antes de haberlo empezado, y buscar un inserto tipo caja de tornillos, que se adapta muy bien tanto al tamaño de la caja como de sus componentes.
Una vez que tengamos claro con qué componentes vamos a jugar, según el número de jugadores que conforman la partida, cada uno toma su tablero individual y 4 fichas de un mismo color. Se coloca el tablero central en el centro (¿a que no se os había ocurrido?) , al alcance de todos lo jugadores y se coloca un marcador de ronda en el número 1 del tablero.

Se forma la reserva de cuerpos celestes, y se introducen en la bolsa los restantes (eliminando los componentes que por el número de jugadores no se vayan a utilizar). Hay que tomar tantos objetivos planetarios y objetivos estelares como indiquen las instrucciones según el número de jugadores, y se forma una pila de cada tipo. El resto se descartan sin mirar.
Por último, se rellenan los distintos sectores del tablero común: sector I , con objetivos estelares (las fichas rectangulares), sectores II y III con el contenido de la bolsa, sector 4 con cometas y asteroides.
Y ya está!! Parece mucho, pero en realidad, si todo está ordenado, no lo es.
Mecánica de Cosmogénesis

Se elige el jugador inicial de forma aleatoria.
Se reparten dos objetivos planetarios a cada jugador, y se descarta uno de ellos en secreto, que se pondrá al final del montón de objetivos planetarios de la partida. Ojo! Este objetivo saldrá en la última ronda, por lo que podemos trabajar a lo largo de la partida para conseguirlo.
Ahora, en el sentido de las agujas del reloj y comenzando por el jugador inicial, todos los jugadores tienen que hacer una acción obligatoria, colocando uno de sus tokens en el tablero central y sin poder repetir sector en la ronda, y podrán hacer una acción opcional tras esa acción obligatoria.
En la acción obligatoria, al colocar el token en el tablero central, tomaremos uno de los objetos disponibles en el sector en el que lo hayamos colocado y realizaremos una acción según el tipo de objeto que hayamos cogido:
- Un cuerpo terrestre podrá ser colocado como nuevo planeta, como luna de un planeta de mayor tamaño, o colisionar con un planeta o luna existentes. El objeto que choca pierde una unidad de tamaño y el que es chocado la gana.
- Un cuerpo gaseoso solo podrá ser colocado como un nuevo planeta.
- Un asteroide solo podrá ser colocado en el cinturón de asteroides.
- Un cometa podrá ser colocado en el cinturón de asteroides o colisionado con un planeta o luna terrestres existentes (creando atmósfera y agua), o con un planeta gaseoso (dotándolo de anillos).
- Un objeto exótico (que son los que nos permitirán actuar como alienígenas/dioses) se guardará cerca del tablero del jugador para su posterior utilización.
- Un objetivo planetario deberá mantenerse en secreto.
- Un objetivo espacial deberá hacerse público a un lado del tablero.
En la acción posterior, que es opcional, cada jugador podrá:
- Utilizando un asteroide, podrá colocarlo como luna de tamaño 1, colisionar con un planeta o luna terrestres (aumentando el tamaño de los mismos y descartando el asteroide), impactar en un planeta con atmósfera y agua (creando vida), o colisionar con otro asteroide (creando un cometa).
- Utilizando un cometa, crear anillos o atmósfera en un objeto terrestre o en un planeta gaseoso, tal y como haría en las acciones obligatorias.
- Cumplir un objetivo planetario, situándolo en el planeta correspondiente y haciéndolo público al resto de jugadores. Inmediatamente, el jugador cogerá la recompensa que otorga el objetivo planetario.
Finalmente, antes o después de las acciones opcionales, cada jugador podrá jugar uno o varios de sus objetos exóticos, pero solo una vez cada uno de ellos por ronda.

Cuando todos los jugadores hayan realizado sus cuatro acciones, la ronda finalizará, los planetas con vida de cada jugador con atmósfera y que estén por debajo del cinturón de asteroides, avanzarán en uno su marcador de vida (acercándose cada vez más a la vida inteligente, o eso dicen), y se avanzará el marcador de ronda. Se eliminan de la partida los objetivos planetarios o estelares no utilizados, se devuelven a la bolsa ciega lo que haya sobrado de los sectores II y III y se reponen los asteroides y cometas utilizados. Los jugadores recuperan sus tokens.
Comienza la nueva ronda!
Y esto se repite durante seis rondas. Al final de la última ronda, la vida avanza en cada uno de los planetas que pueda hacerlo y ya. Llegó el final de la partida.
En ese momento, se realizará el recuento de puntos con la ayuda de unas hojas de puntuación que vienen con el juego, en la que se cuantificarán los objetivos planetarios y objetivos estelares conseguidos, los cinturones de asteroides con más contenido, los planetas con vida según el nivel de evolución alcanzado, los objetos exóticos conseguidos y el token de jugador inicial.
El que más puntos tenga, gana la partida!
Son muchos tipos de acciones, no lo discuto, pero al final le acabas viendo el sentido y son muy fáciles de seguir.
Aspecto visual

El juego está muy tematizado. Todo gira en torno a la galaxia y los planetas.
Estéticamente me parece muy correcto y es lo suficientemente colorido como para no confundir ningún tipo de ficha con otro. Todos los componentes tienen muchos detalles para hacerlo independiente del idioma, pero con la suficiente claridad como para no liarnos.
La caja es preciosa, decorada por dentro y por fuera con galaxias, estrellas y planetas.
No os voy a decir que es adorable, pero me encanta la estética que tiene para el tema del que trata.
Experiencia personal
Hemos jugado varias partidas al Cosmogénesis y la verdad es que no nos hemos cansado de él.

Considero que es un juego sencillo de aprender (también gracias a las hojas de ayuda que trae), que no es difícil de jugar, pero que tiene miga a la hora de ganarse. Como los objetivos que salen en la partida son aleatorios y no siempre son los mismos, y la aparición de los distintos objetos también es aleatoria, hace que cada partida sea totalmente distinta de la siguiente, por lo que me resulta muy interesante su rejugabilidad.
Por último, Cosmogénesis nos puede dar pie a un tema de conversación genial con los peques: el de la creación del universo y la aparición de la vida en nuestro planeta. También abre las puertas a la pregunta de la vida extraterrestre. Os recomiendo este tipo de conversación con ellos, porque llegas a descubrir las ideas maravillosas que rondan esas cabecitas y que a veces son de lo más sorprendente.
Terminando: Cosmogénesis es un euro que no deja indiferente a nadie. O lo adoras o lo odias (que también los haylos). Está tan tematizado que si te llama la atención lo más mínimo el tema planetario, seguro que lo adoras. La mecánica es sencilla y fácil de explicar, y aunque tiene una gran cantidad de acciones, con la hoja de ayuda es un juego muy sencillo de seguir. Los peques suelen estar interesados en estos temas y es realmente curioso escuchar sus teorías sobre la creación del universo y los extraterrestres.
¿De qué facción sois vosotros: lo adoráis o lo aborrecéis? ¿Lo habéis probado? ¿Tenéis peques con alguna teoría curiosa sobre este tema? Compartidlo con nosotros!!