
Hemos estado muy atareados este mes de octubre, ya que se nos han juntado varios eventos a los que hemos asistido y ha sido todo un no parar. El fin de semana del 5 al 7 de octubre estuvimos en la Sierra de Aracena, en Huelva, más concretamente en Cortegana, en la que se celebraron las III jornadas del Jamón Jugón, unas jornadas de juegos de mesa organizadas por la asociación Chinchimonete.
Ya es la tercera vez que asistimos a estas jornadas, pero es la primera vez que nos quedamos a pasar el fin de semana para disfrutarlas por completo, y la verdad es que la experiencia ha sido fantástica.

Primero de todo, decir que el entorno en el que se desarrollan es inmejorable. Las realizan en el Camping Rivera del Chanza, a los pies de la población. Preparan una serie de carpas para que si el sol pega fuerte estés a cubierto, y tiene la ventaja de que los asistentes que lo deseen pueden dormir en el mismo camping. Yo no soy de dormir en el campo (me da un asco tremendo pensar que estoy rodeada de bichos…) así es que nos buscamos otro alojamiento por la zona muy muy cerquita. En el camping también hay un bar/restaurante, por lo que siempre tienes a mano bebida fresca y algo de comer por si los peques comienzan a pedir comida como si no hubiesen comido en tres semanas…
Viernes por la tarde
El viernes llegamos tarde, ya haciéndose de noche, y cansados, así es que, aunque las jornadas estaban ya en marcha, casi que nos limitamos a cenar, charlar un rato con la gente y acostarnos. No dio para mucho más el día.
Sábado

Como suelo despertarme temprano, el sábado me di una vuelta por Cortegana tempranito, y las vistas son espectaculares. Subí hasta el castillo y estuve viendo cómo se iba derramando el sol por las laderas de las montañas. Para mí un momento espectacular, con todo el silencio de la sierra (quitando algún gallo que cantaba…), sin coches, sin gente, un momento de paz y tranquilidad estupendo. Luego me volvía al hotel, tocaba diana y bajábamos a desayunar. ¡Una tostada de jamón para empezar bien el día! No os voy a decir nada más porque las palabras sobran.
Y a eso de las 10:30 u 11:00, nos bajábamos al camping, a las jornadas.

Este año han montado un par de carpas: una más grande con su ludoteca y zona de venta de merchandasing, y otra más pequeña, un poco más alejada del barullo de gente, en la que se podía jugar a juegos sobre todo de scape room. Todo un acierto desde nuestro punto de vista, ya que estabas un poco más retirado y más tranquilo para resolver los rompecabezas que este tipo de juegos planteaban. Me apunté al Exit de “La tumba del faraón”, pero fue todo un despropósito por mi parte, porque no daba ni una… Creo que este tipo de juegos no están hechos para mí. En cambio, a mi maridín le encantaron y se volvió a apuntar a varias partidas más de este tipo de juegos. ¡Menos mal que no es demasiado jugón, porque sino me veo echando humo por las orejas en casa!

El sábado por la tarde, como vienen haciendo todos los años, montaron el Gran Juego, que este año correspondía a una aventura en vivo ambientada en la Guerra de las Galaxias. Se nos repartió material en el que a cada grupo de participantes (de unas 10 personas más o menos) se nos identificaba con una raza (a nosotros nos tocó ser Wookiee, parientes de Chewaka). Cada grupo tenía que ir recolectando chatarra espacial para después venderla o cambiarla por piezas de repuesto buenas, recomponer nuestra nave y salir del planeta en el que habíamos realizado el aterrizaje de emergencia. Mientras tanto, un grupo de Sith nos perseguían y querían aniquilarnos, ya que en cada grupo teníamos un Padawan en el que, tal y como dijo Dark Vather, “La Fuerza es intensa en este”. En nuestro grupo éramos dos adultos, tres adolescentes y cinco peques. No ganamos, pero nos lo pasamos estupendamente.

El resto del tiempo estuvimos dedicados a jugar y jugar sin parar, apuntarnos a torneos y charlar y divertirnos con la gente. Jugamos a cosas que ya conocíamos y descubrimos otras tantas, como el Sagrada, Dixit, Looney Quest, Kingdomino… Nos apuntamos a varios torneos (Virus, Picnic, Ether Wars, Los Hombres Lobo de Castrogeno, Ricochet Robots…), y ganamos el torneo de Ether Wars!! Yuju!!!
Domingo
El domingo fue un poco menos intenso. Ya amanecimos más tarde, porque el cansancio del sábado hizo que remoloneásemos un poco más en la cama, y casi que nos despertamos justos para desayunar e ir para las jornadas.

Mi peque encontró un gato y se tiró toda la mañana dándole cariño y protegiéndolo del gentío, ya que se coló en la carpa y se puso a descansar allí en medio de todo el trasiego. ¿No es adorable? jejeje.
Seguimos jugando, charlando y divirtiéndonos sin parar durante todo el día, y ya a la vuelta a casa, veníamos cargados de cosas. Algunas nos tocaron en el sorteo de papeletas que hacen (un Palacio de Viana, un Rummikub y muchos muchos globos y chapas), el juego de Ether Wars que nos dieron por ser vencedores en el torneo de este juego, y un Ricochet Robots que le encantó a mi maridín y lo compró directamente para que nos llegase el lunes a casa.
Realmente nos lo pasamos genial, con muchas ganas de repetir. Nos encanta el espíritu joven y divertido que tienen en esta asociación, y las mentes pensantes que no dejan de maquinar para inventar e inventar juegos en vivo y experiencias divertidas para todos los públicos.
¡Seguro que repetiremos el año que viene! ¿Y vosotros?